sábado, 13 de diciembre de 2008

Jehová es el Diablo

Durante mucho tiempo se pensaba que Moloch era un demonio de un origen pagano medio perdido, pero las investigaciones han llegado hasta una parte de la verdad. Moloch no sería un demonio, sino el nombre del ritual que se le hacía a Javé o Jehová. En este ritual se sacrificaban jóvenes para tener los favores de su dios, y en el lugar se alimentaba el fuego con azufre y era un lugar horrible. Ese lugar se llamaba Ge Hinnom en alusion a Hinom, cerca de Jerusalem. Así, a través de los siglos y de la infiltración judía en el cristianismo, el nombre de Jehová se asoció al de Dios y aun hoy es adorado por grupos que no se preocupan de investigar bien y de creer todo lo que les dicen. Así tenemos a Javé (ver foto), imagen adorada que nadie ve.
Pero ¿cómo es posible que se haya llegado a este punto? Bueno... durante siglos los hebréos se han infiltrado como virus en las sociedades, y así lo hizo durante las cruzadas. En las cruzadas, la lucha principal era entre cristianos, judíos y musulmanes. El enemigo común era el judío, y los aliados serían los musulmanes y los cristianos, quienes comparten algo en común: Dios o Alá. El judío se infiltra para hacer pelear a ambos hijos de Dios, porque el judío es así. Es malicioso y, como diría hasta el mismo Jesús, "es el hijo del diablo" (de Jehová... ver foto del cachudo). Y así como se infiltró en el cristianismo para hacer la lucha entre ambos hermanos, también lo hizo para que la gente adorara a su propio dios sanguinario, aquel que se alimenta aún hoy en día, de sangre de jóvenes. ¿Y por qué hasta el día de hoy? Solo basta ver el tipo de ritual que se lleva a cabo en Ciudad Juárez, en México. En España fueron expulsados por la gota que colmó el vaso, que fue el crimen cometido con El Niño de la Guarda, a fines del siglo XVI. En la historia fueron explusados por la misma razón de muchos países. Pero volviendo al tema principal: la foto que ven, la imagen, ese es el verdadero Jehová o Javé. Así es que si van a la iglesia, al templo, o a donde sea a venerar imágenes, recuerden que cuando canten a Jehová, esta es la imagen que está oculta y que quieren que adoren y que, como se dijo antes respecto al lugar de Hinom a las afueras de Jerusalem, este sería el origen de la imagen del diablo y del infierno, el Hinom, un lugar de muerte, sangre, fuego y azufre... El verdadero origen de la imagen del Diablo y del infierno que tenemos hoy, y que sería de origen judío. Y las guerras son generadas por este grupo en fechas especiales para rendirle culto a su dios sanguinario y vampiro.
En resumen: a Jehová se le rendía (y se le rinde) el ritual del Moloc. Moloc no es un díos, sino el nombre del ritual a Jehová, y de la misma forma en que los cristianos adoran a Jehová (el Diablo, en versión más reconocible) los judíos esperan tener protección de sus propios enemigos. Y lo peor de todo, es que muchos cristianos creen que el judío es su amigo, cuando el judío SABE que su enemigo es todo aquel que no sea judío.
¡Adelante! Ya pueden ir a besarle el culo a Jehová cuando vayan a la iglesia u oren en sus casas. Y recuerden que Jehová no es Dios; Jehová es el dios judío de la muerte; Jehová es el dios de los judíos.

jueves, 7 de agosto de 2008

Haciendo el trabajo de otros

Laura había llegado a mi departamento llorando aquella noche lluviosa. Estaba herida de un brazo... una herida de bala. Sus ojos azules estaban rodeados por aquel maquillaje corrido por las lágrimas y la lluvia, y solo me estremecía esa dulzura inocente que manaba de ellos. Llegó en un mal momento para mi. Yo había recibido la llamada que me hizo enfurecer esa noche; esa llamada del trabajo que se encargó. Ella lloraba asustada y sin saber nada del por qué de la agresión. Me contó una historia que, en realidad, ni siquiera oí. Estaba yo enfurecido por el trabajo mal hecho que se había encargado, y la historia que Laura me contaba me parecía rídícula. Que sus amigas, que su salida normal, que pensaba en mi,... todas esas cosas. Pero yo sabía que no era cierto. La abracé cariñosamente, mientras olía su perfume; mientras recordaba lo felíz que había sido con ella. Suavemente, el cuchillo entraba por su pecho, mientras le miraba a los ojos azules y la besaba; mientras recordaba que el trabajo que se había encargado no lo habían logrado; mientras recordaba que se gastó, en dicho trabajo, 100 mil pesos y unos inútiles no lograron matarla. Me dijeron que solo habían matado al tipo con el que se reunía a escondidas... Pero tuve que matarla yo. No podía correr el riesgo. Terminé haciendo el trabajo de otros,... y eso era desagradable. No podía correr el riesgo... No podía correr el riesgo de que el jefe supiera que su esposa no solo tenía un amante, sino dos.